En la actualidad las barreras textiles resistentes al fuego están ganando importancia en el mercado de protección contra incendios, ya que ofrecen una gran flexibilidad a la hora de adaptarse a las necesidades de los proyectos -su ligereza, la posibilidad de crear pantallas de sectorización invisibles (el sistema permanece retraído en su cofre contenedor hasta ser activado por una señal de alarma) y los altos grados de resistencia y aislamiento al fuego que garantizan-, y ofrecen una solución estético-funcional muy demandada por los estudios de arquitectura para el concepto diáfano dentro del espacio.
Actualmente no existe una normativa normalizada específica para el producto, a no ser que sea ensayado basándose en la norma UNE EN 1634-1 (Puertas y cerramientos cortafuego). Esta norma, en la mayoría de los casos, es aplicable a elementos rígidos, sean estáticos o móviles, tales como puertas cortafuegos, guillotinas, enrollables, etc; Pero, en nuestro caso, estamos hablando de sistemas textiles que ofrecen una mayor flexibilidad y se comportan de manera diferente a las presiones generadas por los gases calientes en el caso de un incendio. Por este motivo, para justificar dimensiones superiores a las ensayadas, se han de evaluar ciertos requisitos basados en el proyecto de norma Pr-EN 15269-11.
Dentro de todas las verificaciones y condiciones a evaluar destacaremos las siguientes por orden de importancia:
1. Sistemas con múltiples rodillos o múltiples solapes
Todos los sistemas que para aumentar su dimensión en ancho requieran del uso de múltiples rodillos mediante la superposición de los mismos creando solapes en la barrera, han de ser ensayados con su configuración más desfavorable. Es decir, si precisamos de 3 rodillos para llegar a una determinada dimensión, el sistema deberá ser ensayado con 2 solapes y así sucesivamente. Fig1.
El ensayo de este sistema se ha de realizar con la barra de contrapeso en su posición final (tocando el suelo) y no se podrá emplear una barra de contrapeso de un peso superior, dejándola a una distancia del suelo para justificar la resistencia del tejido, ya que si el contrapeso no toca el suelo, los solapes quedaran tensados en posición vertical y por lo tanto completamente cerrados. Si la barra contrapeso se apoya sobre el suelo, el textil no quedará tensado y los solapes podrán abrirse debido al movimiento del mismo por las diferencias de presión en el ensayo. Fig2. Fallo de integridad por apertura que permite el paso de galga 25 mm de diámetro (ensayo fallido)
La dimensión de los solapes ha de ser calculada según la altura de la barrera, teniendo en cuenta la deflexión del tejido en el ensayo (debido al efecto vela por la presión del horno) y la dimensión del solape ensayado. Si tomamos, por ejemplo, una barrera de dimensiones 2880 x 3000h, con un solape de 600 mm de ancho y una deflexión de 150 mm, para una cortina de 4000 x 4000h deberíamos de emplear un solape de 800 mm.
2. Tipo de clasificación requerida.
Dependiendo de la clasificación buscada en el sistema, deberemos de realizar las siguientes verificaciones:
Clasificación E (Integridad del sistema): Solo se verificará la resistencia al fuego del sistema. Para justificar dicha clasificación se realizarán ensayos de esfuerzo del tejido para verificar:
– Extrapolación en altura: Se añadirá peso extra al sistema en su posición vertical para justificar el peso del tejido que emplearíamos para dimensiones superiores a las ensayadas.
– Extrapolación en anchura: Se añadirá peso extra al sistema en su posición horizontal para justificar las tensiones que se ejercen por la presión del horno al provocar un efecto vela sobre el tejido, en este ensayo se verificará la resistencia de la sujeción del tejido a sus guías laterales y las costuras de unión.
Clasificación EI (Integridad y Aislamiento): Además de todos los puntos anteriores, se ha de verificar el aislamiento térmico del sistema, el cual no podrá superar los 180 ºC de temperatura máxima en cualquier punto de la cortina o una media de 140 ºC sobre los termopares instalados. Si el sistema está dotado de rociadores que proyecten agua sobre el tejido, se ha de verificar que en la dimensión máxima de la barrera, la proyección de agua se realice de manera uniforme, con la misma presión y caudal que en la muestra ensayada. No podrán existir puntos secos o con menor proyección.
Clasificación EW (Integridad y Baja Radiación): Además de los puntos anteriores, se ha de verificar la radiación emitida por el sistema la cual en ningún caso podrá exceder de 15 Kw/m2 a un metro de distancia. Para dimensiones superiores, nos tendremos que basar en los cálculos de radiación obtenidos según la norma EN15254-4:2008 la cual calcula el incremento de radiación basado en el aumento de tamaño de la muestra, así una barrera de dimensiones 3000 x 3000h que obtuvo una clasificación de EW-60, si en el minuto 60 superó los 15 Kw/m2, para el mismo sistema de dimensiones 12000 x 3000h, en ese mismo minuto la radiación sería de 21 Kw/m2, fuera de norma.
3. Contrapesos
Las barras de contrapeso suelen ser elementos rígidos metálicos, los cuales al entrar en contacto con el fuego reaccionan torsionándose o dilatando. En este sentido, se han de evaluar las dimensiones de las holguras entre la barra de contrapeso y las guías laterales, antes y después del ensayo.
Por ejemplo, si la barra de contrapeso está formada por Acero normalizado, tendremos una dilatación de 5 mm por cada metro lineal de contrapeso; para una barrera de 3000mm de ancho, necesitaríamos una holgura de 15 -20 mm entre la barra de contrapeso y las guías laterales. Siguiendo este criterio, para una barrera de 12.000 mm de ancho, necesitaríamos una holgura de 60 mm.
Sin estas holguras, la deflexión del contrapeso provocaría fallo en la integridad del sistema.
4. Durabilidad y Uso del sistema
Se ha de realizar una prueba de fatiga del funcionamiento de todo el sistema, dicha prueba consiste en un test de ciclado de todos los componentes. Se verificará la durabilidad del sistema, tanto de las dimensiones ensayadas, como de su dimensión máxima. Los sistemas textiles, a la hora de enrollarse sobre sus ejes, pueden provocar pliegues o arrugas que deriven (tras la repetividad del error en el test de ciclado) en desgastes o roturas del tejido o sus costuras. Por este motivo deberá justificarse la durabilidad del sistema en su gama de dimensiones.
5. Informe de idoneidad técnica.
Al no disponer de una norma armonizada para este tipo de sistemas, la validación de los mismos requiere un informe de idoneidad técnica del sistema emitido por un laboratorio acreditado. El informe de idoneidad deberá recoger los datos de las dimensiones máximas del producto, además de la condición del sistema ensayado y las modificaciones a emplear, si fuera necesario para el alcanzar estas dimensiones. Si estos datos no aparecieran en el mencionado informe, deberán ser solicitados a los fabricantes del producto en su caso.
Raúl Alonso
Product Manager Cottés Group – Tecnitex
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