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En España, el mantenimiento de los sistemas de protección contra incendios (PCI) está regulado por el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI), aprobado por el Real Decreto 513/2017. Este reglamento define los procedimientos necesarios para garantizar el correcto funcionamiento de estos sistemas.
Junto al RIPCI, existen otras normativas UNE que establecen directrices adicionales para los protocolos de mantenimiento de distintos equipos, desde rociadores automáticos hasta los Sistemas de Control de Temperatura y Evacuación de Humos (SCTEH). A continuación, explicamos los tipos de mantenimiento requeridos para los sistemas contra incendios.
Existen dos tipos principales de mantenimiento en los sistemas PCI: preventivo y correctivo. Cada uno tiene funciones específicas dentro del protocolo de mantenimiento que garantizan el buen funcionamiento de los sistemas en cualquier circunstancia.
El mantenimiento preventivo tiene como objetivo realizar inspecciones y pruebas periódicas para anticipar posibles fallos, asegurando que los equipos de protección contra incendios estén en perfecto estado de funcionamiento. Este tipo de mantenimiento es el más común y obligatorio según el RIPCI, y está regulado por diversas normativas UNE que especifican las pautas y frecuencias de las revisiones.
El RIPCI establece que los equipos de PCI deben someterse a inspecciones periódicas con la siguiente periodicidad en función de la tipología de sistema: trimestrales, semestrales y anuales.
Las operaciones asociadas a los diferentes sistemas identificadas en el RIPCI se deben entender, no obstante, como un mínimo a cumplir por el mantenedor, debiendo complementarse con las indicaciones particulares que puedan aparecer en las normas específicas de instalación de cada tipo de sistema, así como con las indicaciones particulares de los fabricantes de los equipos.
Por ejemplo, la norma UNE-EN 12845, relativa al diseño, instalación y mantenimiento de sistemas automáticos de rociadores, requiere que se realicen pruebas semanales del sistema de suministro de agua, como la puesta en marcha de las bombas y el motor diésel durante un mínimo de 20 minutos. Todas estas operaciones, pese a no aparecer en el RIPCI, sí son obligatorias y deben realizarse con la periodicidad establecida.
Como guía para la elaboración de las actas de mantenimiento se debe tener en cuenta lo establecido en las diferentes partes de la norma UNE 23580, ya que éstas establecen los requisitos mínimos que debe contener un certificado de mantenimiento, incluyendo las verificaciones obligatorias y la periodicidad de las revisiones. Si bien en el momento de la elaboración del RD 513/2017 en el que se publicó el RIPCI, la norma UNE 23580 únicamente contaba con 9 partes que no incluían todo lo contemplado en éste, entre 2022 y 2023 se actualizaron los checklists disponibles, hasta cubrir las 15 partes contempladas en el RIPCI, con lo que este estándar en sus diferentes partes, tomado como base, sí asegura que los procedimientos estén documentados y cumplan con los criterios técnicos exigidos.
El mantenimiento correctivo se lleva a cabo cuando se ha producido un fallo en el sistema PCI y es necesario restaurar su operatividad de manera inmediata. Este tipo de mantenimiento es crucial para corregir averías y devolver el sistema a su estado funcional, minimizando el tiempo en que la instalación permanece desprotegida.
El mantenimiento correctivo suele ser necesario cuando el sistema ya ha fallado, pero es importante evitar algunos errores comunes para asegurar que la intervención sea eficiente y efectiva:
La formación continua del personal encargado del mantenimiento es clave para asegurar que las inspecciones y reparaciones se realicen correctamente. Las normativas pueden cambiar, y los avances tecnológicos pueden ofrecer nuevas soluciones para el mantenimiento de sistemas PCI.
Invertir en la capacitación del personal es esencial para garantizar la seguridad y eficiencia de los sistemas de protección contra incendios.
En Cottés, el mantenimiento de los sistemas de protección contra incendios se entiende como una parte integral y continua de cada proyecto. Por eso, en cada etapa, desde la instalación hasta el mantenimiento, nos aseguramos de que los sistemas sean óptimos y se hagan las revisiones periódicas establecidas. Así, nuestros clientes pueden tener la tranquilidad de que sus sistemas están preparados para responder en cualquier momento crítico.
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