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La protección contra incendios (PCI) en naves industriales es un elemento de seguridad imprescindible, tanto por la propia integridad física de las personas que trabajan en ellas como por las graves consecuencias que un incendio puede provocar en un inmueble de estas características.
Una nave industrial es un lugar especialmente sensible y peligroso en lo que a incendios se refiere, ya que el almacenamiento de material genera elevadas cargas de fuego, de ahí que estos espacios requieran una protección contra incendios con un enfoque lo más preciso y especializado posible.
Así pues, las medidas de protección deben ir dirigidas a detectar y extinguir el incendio en su fase inicial, con el objetivo de evitar daños severos. En palabras de Carlos Garrido, “si se consigue controlar el fuego en su primera fase, la propagación será limitada y sólo se afectarán algunas unidades de carga”.
El mercado de los sistemas de protección contra incendios industriales ofrece múltiples soluciones que garantizan la seguridad de una nave en el caso de que se produzca un fuego, ¿pero cuál es la solución más efectiva?
Aunque cada riesgo requiere un enfoque, en términos generales la solución más común para la protección de almacenamientos industriales son los sistemas de rociadores automáticos. Los rociadores, en especial los rociadores de respuesta rápida y gran caudal, orientados a la protección de almacenamientos, persiguen dos compromisos: atacar el fuego lo antes posible, y controlarlo o extinguirlo de forma rápida, de manera que se afecte la menor superficie posible. Por su propia concepción, son sistemas que trabajan de forma automática, con independencia de otros sistemas, como el de detección de incendios, para su activación.
En función de las características constructivas y de almacenamiento de cada riesgo, las soluciones pasan por rociadores tipo ESFR (Early Suppression Fast Response), rociadores de niveles intermedios, rociadores de control, etc.
Una de las principales y más obvias ventajas de los sistemas de extinción por rociadores automáticos es la rapidez de actuación y la seguridad que proporcionan; ya que, al producirse el fuego, no será necesario que intervengan personas para su control o extinción, algo fundamental en este tipo de establecimientos. A través de dispositivos específicos bien diseñados y bien instalados, el sistema se activa cuando la temperatura a nivel de techo supera un determinado umbral (habitualmente cerca de los 70ºC).
La utilización de este sistema es, sin duda, una de las soluciones más eficaces para proteger la integridad de los bienes almacenados.
Los sistemas de protección contra incendios activa y pasiva, combinados convenientemente, generan sinergias y consiguen alcanzar niveles de protección elevados. Los sistemas de detección de incendios son fundamentales para una información rápida y poder tomar medidas de actuación, incluso antes de la activación de los rociadores. Por otra parte, la correcta sectorización de los establecimientos permite independizar riesgos, de manera que se puedan tratar de modo más eficaz en función de cada zona (por ejemplo, un sector de fabricación respecto de un sector de almacenamiento).
Por último, los sistemas de control de temperatura y evacuación de humos son necesarios para mantener unas condiciones de visibilidad y seguridad para los ocupantes y los servicios de bomberos. Su actuación, convenientemente combinada con la de los rociadores, es fundamental para una protección integral del edificio.
Las barreras de humo y fuego se tienen que adaptar a las características específicas de cada nave y de la actividad que se quiera desarrollar, para que logren su objetivo de forma eficiente: reducir el impacto de un posible incendio, evitar la propagación de los humos y mejorar las condiciones de acceso al servicio de bomberos.
Los sistemas de protección contra incendios pasan desapercibidos en el día a día y sólo se activan cuando se produce el incendio. No debemos olvidar que, para que funcionen al 100 % en el caso de detectar fuego o humo, se debe realizar su mantenimiento de forma periódica para garantizar que el equipo funcionará correctamente en caso de incendio.
Recordamos que según el Reglamento de Protección Contra Incendios, Real Decreto 513/2017, de 22 de mayo, los sistemas de protección contra incendios deben llevar un mantenimiento periódico que permita disponer de ellos en perfectas condiciones de operación para el momento en que sean necesarios.
Desde Cottés, empresa de protección contra incendios, nos aseguramos de llevar la protección contra incendios en naves industriales un paso más allá con soluciones integrales e innovadoras que te hagan estar más seguro que nunca. Conócenos.
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