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Los sistemas de extinción que utilizan rociadores son, hoy en día, de los más empleados en cualquier proyecto de protección contra incendios. Pero de la misma forma que existen múltiples tipos de fuegos, también es necesario modificar estos sistemas para provocar distintos tipos de extinción.
Hoy nos acercamos más a los rociadores diseñados para la extinción a través de espumas, los cuales son, a nivel constructivo, distintos a los convencionales, pues también son distintos los fuegos a los que deben enfrentarse.
Las espumas, debido a su composición, son adecuadas para abordar los fuegos de tipo B, y dentro de estos, concretamente aquellos en los que se ven involucrados combustibles y líquidos inflamables.
Por ello, durante el proceso de extinción, flotan sobre los combustibles o líquidos inflamables, formando una capa que se adhiere a la superficie y:
Las espumas, formadas por agua junto a una cantidad determinada de mezcla espumógena, requieren del contacto con el aire para activarse, y podemos encontrarlas de dos tipos: químicas y mecánicas, estas últimas, las más empleadas a día de hoy.
Las espumas mecánicas son producto de la combinación de los tres ingredientes necesarios: agua, aire y agente espumógeno, que entra en el circuito, desde el depósito, a través de un dosificador.
Una clasificación muy habitual de las espumas se realiza en base a cuánto pueden llegar a expandirse, de forma que según este factor, se utilizan más en unos casos que en otros.
Espumas contra incendios de baja expansión: las burbujas que forman la espuma son en este caso más pequeñas, densas y pesadas. Esta espuma, además, no se ve afectada si entra en contacto con condiciones atmosféricas adversas como el viento o la lluvia.
Las espumas de baja expansión son eficaces tanto en el interior como en el exterior y suelen emplearse haciendo uso de rociadores, lanzas de espuma, vertederas y cámaras de espuma.
Espumas contra incendios de media expansión: es más habitual encontrar este tipo de espumas en fuegos de menor superficie que en las de baja o alta expansión, y cuentan con una capa más gruesa, extendiéndose rápidamente por la superficie a extinguir. Está recomendada para los fuegos en los que se ven involucrados gases y vapores tóxicos.
Espumas contra incendios de alta expansión: un tipo de espuma ideal para inundar rápidamente grandes espacios, como por ejemplo un hangar o una sala de máquinas de un buque. No es recomendable su utilización en el exterior al tratarse de una espuma de menor densidad. Los sistemas más habituales para este tipo de espumas son los generadores de espuma de alta expansión.
Los tres tipos de espuma emplean tanto el enfriamiento como la sofocación para la extinción.
Tradicionalmente los agentes espumógenos se han compuesto por fórmulas basadas en productos químicos fluorados, PFAs, con un impacto potencial en el medio ambiente y la salud.
Este impacto viene motivado por los ácidos sulfónico perfluorooctano de cadena larga C8 (PFOS) o el perfluorooctanoico (PFOA), debido a que no se descomponen y permanecen permanentemente en el medio ambiente y en el cuerpo humano, motivo por el cual las administraciones mundiales están restringiendo cada vez más su uso.
En este sentido, la tendencia del mercado es a limitar el uso de espumógenos compuestos por PFAs. Debido a ello, los fabricantes están desarrollando nuevos espumógenos libres de compuestos fluorados que puedan realizar su función, manteniendo las características tensioactivas de éstos sin comprometer la salud ni el medio ambiente, existiendo ya bastantes productos en el mercado con dichas características.
La adaptación de las instalaciones antiguas de espuma a sistemas dotados con espumógenos libres de PFAs es posible, aunque no se puede hacer de manera directa, ya que requiere de un estudio previo de los porcentajes de aplicación, oxigenación y efectividad sobre los tipos de fuego a combatir.
Las espumas se emplean en diversidad de entornos susceptibles de albergar líquidos inflamables.
Entre los posibles escenarios, podemos encontrar hangares, cabinas de pintura, almacenes de hidrocarburos, refinerías, buques, bodegas, accidentes de tráfico, etc.
Por ello, es fundamental conocer el tipo de espuma a emplear en cada caso, así como el sistema más adecuado, en cada proyecto a abordar.
Sin embargo, no es recomendable la utilización de sistemas espumantes, en incendios de equipos eléctricos no cerrados activados, en metales combustibles o reactivos al agua y en productos químicos que liberan oxígeno u otros agentes que puedan mantener la combustión.
El uso de rociadores de espuma contra incendios no siempre tiene por qué ser el sistema de extinción por espuma más adecuado.
Está indicado en proyectos como la protección de hangares, almacenes industriales que alberguen líquidos inflamables, bodegas, cargaderos de camiones o helipuertos. Pero, sin embargo, no están indicados para la protección de derrames o para la protección de diques.
Existen dos tipos esenciales de rociadores o boquillas de espuma contra incendios en función de su funcionamiento.
Por un lado, las que funcionan con aspiración de aire (a través del efecto Venturi), los cuales, disminuyendo la presión, consiguen el succionado de la espuma.
Por otro lado, encontramos los rociadores sin aspiración de aire, los cuales están más indicados para crear una película acuosa, más que una capa de espuma.
La zona a proteger, así como lo que contenga en su interior, es lo que determinará el uso de unos u otros, debiendo fabricarse en acero o materiales equivalentes, situarse de forma accesible para un mantenimiento regular y proporcionar una distribución uniforme de la espuma sobre la superficie a proteger.
Es fundamental, en primer lugar, revisar el RD 2267/2004, el Reglamento de seguridad contra incendios en los establecimientos industriales (RSCIEI), actualmente en revisión, y el Reglamento de almacenamiento de productos químicos y sus instrucciones técnicas complementarias (RD 379/2001).
Además, a la hora de diseñar un plan de protección contra incendios que comprenda el uso de rociadores de espuma contra incendios, es necesario tener en cuenta algunas normas de diseño como:
Por su parte, las normas NFPA que cubren este ámbito de la extinción por espumas son:
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