Puestos de control para rociadores automáticos: tipología y aplicaciones

Si consideramos que el grupo de presión contra incendios es el corazón de un proyecto PCI que cuente con instalaciones de rociadores automáticos, podríamos decir entonces que las tuberías son su sistema circulatorio y los puestos de control su sistema nervioso, ya que tienen un papel fundamental en la supervisión y operación de las instalaciones de rociadores.

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Hoy nos acercamos a este importante componente de cualquier instalación con rociadores automáticos, así como a su tipología y aplicaciones.

¿Qué es y cómo funciona un puesto de control en una instalación contra incendios?

El puesto de control es el núcleo de una instalación de rociadores, pues se trata del lugar desde el que se supervisan y, en función de su tipología, se operan las redes de rociadores instaladas. Para entender bien su función,es necesario conocer de dónde viene la necesidad de instalar estos elementos en los sistemas automáticos de rociadores.

El desarrollo de los primeros sistemas de extinción fijos tiene lugar a principios del siglo XIX, para dar servicio a las necesidades de seguridad de la industria textil en Reino Unido. Si inicialmente estos sistemas eran poco más que una red de tuberías taladradas a las que se daba manualmente flujo de agua en caso de incendio, con la aparición de los primeros rociadores con elemento fusible a mediados de siglo ya se empezó a controlar la descarga de agua exclusivamente en el foco del incendio y pudo empezar a hablarse de sistemas automáticos de extinción. El problema ahora era otro: identificar la existencia de un incendio y trasladar la señal de alarma al personal de las factorías. Con esto en mente, Frederick Grinnell patentó a finales de siglo el primer puesto de control de rociadores que, dotado de un gong de alarma hidráulica que emitía un fuerte timbre con el paso de agua, cubría las dos necesidades anteriores.

Es por esto que, desde su aparición, el aspecto fundamental y la finalidad última de los puestos de control de acción directa es emitir una señal de alarma en cuanto el primer rociador comience a descargar agua. Dada la naturaleza física de esta primera solución de alarma mediante gong hidráulico, no sujeta a fallos eléctricos, se ha mantenido en los puestos de control actuales. Ahora bien, dado que con el desarrollo de la técnica que se produjo con posterioridad a esta patente existe la posibilidad de transmitir esa misma alarma a través de un presostato a la central de detección de incendios, se ha contemplado la coexistencia de las dos como medida redundante de seguridad.

Tipos de puestos de control y sus aplicaciones

En función del tipo de instalación de rociadores, así como del objeto o características del lugar a proteger, existen varios tipos de puestos control que cuentan con diferencias entre sí. Por hacer una caracterización rápida, podríamos decir que éstos se dividen entre puestos de control que únicamente supervisan la actuación del sistema de rociadores (puestos de control húmedos y secos) y aquellos que, mediante una o varias señales externas, posibilitan la actuación del sistema (puestos de control de preacción y de diluvio).

Puestos de control húmedos

Este tipo de puesto de control está diseñado para la instalación de rociadores de tubería húmeda y representa la mayoría de sistemas instalados. En estas instalaciones las tuberías se encuentran permanentemente llenas de agua, la cual se descarga inmediatamente a través del rociador o rociadores activados.

La tipología actual de las instalaciones de puestos de control de sistemas de rociadores húmedos, con el desarrollo sufrido a lo largo del tiempo, incluye no sólo las tomas necesarias para la instalación del gong de alarma y los presostatos comentadas anteriormente, sino también una cámara de retardo para evitar falsas alarmas por pequeños flujos de agua y una toma para desagüe del sistema aguas abajo de la clapeta del puesto de control. Esta clapeta tiene, a su vez, la función de evitar que el agua estancada en el sistema de rociadores retorne a la fuente de suministros en caso de caída de la presión general del sistema.

En el momento de activación de un rociador, en función de la temperatura de tarado de éste, el puesto de control húmedo detectará la existencia de flujo de agua y emitirá la alarma local, mediante el gong hidráulico, y la alarma remota a la central de incendios, a través del presostato. La tarea del puesto de control húmedo es, por tanto, totalmente reactiva, teniendo una mera función informativa.

Puestos de control secos

Los puestos de control secos también tienen una función exclusivamente informativa pero, aunque comparten una base de comportamiento físico similar a los puestos de control húmedos, están adaptados a las características de los sistemas que supervisan. Estos sistemas son aquellos que, por circunstancias ambientales o de proceso de la zona a proteger (riesgos de congelación o ebullición), requieren que la tubería no se encuentre permanentemente llena de agua.

Para emular el comportamiento físico de los sistemas húmedos y enviar que un aumento de presión aguas arriba del sistema levante la clapeta del puesto de control, en estos sistemas se introduce aire o nitrógeno a presión en las tuberías aguas abajo del puesto de control, por medio de un compresor o una línea neumática de proceso que garantice una presión estable. De este modo, ante la rotura de un rociador, la caída de presión diferencial provocada por la fuga de gas posibilita la entrada de agua en el sistema, al vencer ésta la presión sobre la clapeta, y con ello la activación de la alarma del puesto de control.

El diseño de estos sistemas secos tiene consideraciones distintas al de los sistemas húmedos por existir un decalaje desde la activación del rociador hasta la descarga efectiva de agua (instalación de sistemas en árbol, cálculo de tiempo de tránsito del agua, etc.) pero la naturaleza de este diseño no es el objeto de este artículo.

Puestos de control de preacción o acción previa

Este tipo de puestos de control se emplea en sistemas de rociadores diseñados para proteger riesgos en los que se debe de evitar a toda costa la descarga de agua accidental, como centros de datos, lugares que albergan materiales de gran valor como archivos o museos o instalaciones en las que una descarga inutilizaría por completo el sistema instalado, como podría ser un sistema de rociadores intermedios en un silo de almacenamiento de congelados. Como su nombre indica, estos puestos de control requieren de una acción previa para permitir el paso del agua, con lo cual su función no se limita a informar de la descarga, sino que también la hace posible.

La forma en que se activan y controlan las válvulas de agua en el sistema de rociadores viene definida por el tipo de enclavamiento aplicado, pudiendo ser (atendiendo a la nomenclatura americana): sin enclavamiento, de enclavamiento simple o de doble enclavamiento.

Sin enclavamiento: Los puestos de control de preacción sin enclavamiento son los más simples en términos de operación. En estos sistemas, la apertura de la válvula se produce con la activación de la detección de incendios o con la rotura de un rociador, en cualquiera de los dos escenarios. En la norma UNE12845, estos sistemas se identifican como de acción previa Tipo B.
Se emplean en sistemas en los que se espera un desarrollo rápido del fuego y, por tanto, de la detección, lo que posibilita que en las normas se permita diseñar estos sistemas con criterios hidráulicos de sistemas húmedos, al estimarse que el sistema ya estará lleno de agua por la acción de la detección antes de la apertura del primer rociador.

Enclavamiento simple: Los puestos de control de preacción de enclavamiento simple, de acción previa Tipo A según UNE, incorporan un enclavamiento adicional para evitar activaciones accidentales. Esto quiere decir que el sistema sólo permitirá la entrada de agua cuando exista una señal de detección. Esto descarta un posible descarga por daños mecánicos al sistema, aumentando el nivel de seguridad frente a falsas alarmas y accidentes.
Se emplean en sistemas en los que existirían daños considerables en caso de descarga accidental de agua e, igual que en el caso de puestos sin enclavamiento, se pueden diseñar con criterios hidráulicos propios de los sistemas húmedos.

Doble enclavamiento: Los puestos de control de preacción de doble enclavamiento, no contemplados explícitamente en norma UNE, brindan todavía una mayor protección contra activaciones accidentales, requiriendo de una doble señalización para posibilitar la entrada de agua en el sistema. Esta doble señalización puede ser la combinación de la detección y la apertura de un rociador, la más común, diferentes combinaciones de detección donde existan varias tecnologías de detección concurrentes o, incluso, detección más activación manual.

La elección del tipo de puesto de control de preacción dependerá de las necesidades y requisitos específicos del edificio o la instalación. Los sistemas de enclavamiento simple y doble enclavamiento brindan un nivel adicional de seguridad, pero también requieren una mayor complejidad en la instalación y mantenimiento.

Puestos de control de diluvio

En este caso, el puesto de control atiende a un sistema de boquillas abiertas u otros dispositivos de descarga abiertos (generadores de espuma, etc.). Al igual que en el caso de los sistemas de preacción, también se encuentra asociado a un sistema de detección externo desde el que se confirma la descarga al puesto de control.

Sin embargo, en las instalaciones de sistemas de diluvio si se confirma la descarga, ésta se produce de forma simultánea a través de todas las boquillas.

Este tipo de instalaciones suelen estar orientadas a entornos en los que se precisa una extinción inmediata y la aplicación de grandes cantidades de agua, como por ejemplo, cuando la actividad conlleva riesgos especiales (cargaderos de gas, trafos, etc.).

Solucion

Riesgos especiales

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