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Si un incendio adquiere grandes dimensiones, será necesario una alta cantidad de agua para ser extinguido. Y no solo habrá que atacar las llamas con rociadores automáticos desde el interior de la instalación, sino también con sistemas de extinción desde el exterior del edificio (para evitar su expansión a instalaciones colindantes).
Pero ¿cómo podemos contar con suficiente caudal de agua en el exterior de cualquier estructura? Gracias a los hidrantes contra incendios.
Con este término se conoce a aquellos aparatos hidráulicos que se instalan en el exterior de los edificios y suelen estar conectados a una red de abastecimiento de agua.
Artículo del blog
Abastecimiento de agua contra incendios: normativa y características esenciales
Su finalidad es suministrar agua en poco tiempo a mangueras, lanzas, monitores u otro tipo de equipos diseñados para la extinción de incendios. Y también pueden ser usados para el llenado de cisternas de agua de los camiones de bomberos, facilitando así su trabajo de control y extinción del fuego.
Los hidrantes están compuestos por una válvula y una tubería vertical que conecta la red subterránea de suministro de agua con una salida accesible en la superficie. Cuando se activa un hidrante, el agua fluye rápidamente desde la tubería hacia los equipos de extinción de incendios permitiendo así una respuesta ágil y eficaz en situaciones de emergencia.
La capacidad de un hidrante para proporcionar agua a alta presión es fundamental para su funcionamiento efectivo. Esto se logra mediante un diseño bien estructurado y un mantenimiento constante, lo cual asegura que los hidrantes estén siempre listos para ser utilizados cuando sea necesario.
Hoy en día podemos encontrar 3 modelos de hidrantes en el mercado que destacan, cada una, por sus características únicas.
Este modelo es uno de los más habituales y consta de 2 partes: una que se mantiene en la superficie y otra enterrada bajo el suelo.
La característica más importante de este tipo de hidrantes, es que su conexión con la red enterrada (de la que se abastecen) incorpora la válvula de cierre en su parte baja, de manera que toda la “columna” se encuentra seca, sin agua, para evitar así problemas de heladas. Sólo cuando se acciona el husillo superior, el agua de la red enterrada pasa y se descarga a través de las mangueras de salida. Además, estos equipos incorporan un punto controlado de rotura, de forma que ante un golpe (por un vehículo, por ejemplo), su rotura es controlada y no se produce descarga de agua al exterior.
Debido a sus características, este hidratante suele usarse sobre todo en…
Este modelo destaca por contener siempre agua (tanto en momentos de acción como en momentos de reposo) y es la mejor alternativa para zonas donde no existe peligro de congelación ni de accidentes de coches.
Además, destaca por contar con todo el mecanismo sobre el suelo por lo que su mantenimiento o reparación es muy sencillo (al tener fácil acceso a todos los componentes).
Este tipo de hidratante se encuentra bajo tierra y se suele instalar normalmente en zonas con espacios demasiado reducidos para la instalación de los otros modelos (aunque también puede usarse en zonas con mucho tránsito de coches y lugares con fuertes heladas).
Es cierto que el poco espacio que ocupan puede ser una gran ventaja en muchas instalaciones y funciona a la perfección en caso de emergencia.
Sin embargo, es necesario considerar que en caso de necesidad, debe mantenerse un fácil acceso a ellos, por lo que se debe marcar claramente su posición para evitar que, por ejemplo, un vehículo estacione sobre la arqueta. Por otra parte, en caso de necesitar reparación, esta es más compleja (al tener que picar el suelo para tener acceso a toda la instalación).
Tras conocer los 3 modelos, ¿cuál es mejor para una instalación? La elección de uno y otro dependerá, sobre todo, de las características de cada edificio y sus necesidades. Para poder responder con precisión, lo mejor es realizar un análisis previo de cada instalación para conocer sus peculiaridades y los riesgos a los que se enfrenta.
Pero sea cual sea la opción final, ¿dónde se deben instalar exactamente?
Para poder responder correctamente, hay que tener en mente dos reglamentos esenciales. Por un lado, el Código Técnico de Edificación (o CTE) establece los hidrantes necesarios en edificios de uso no industrial, pudiendo destacar por ejemplo los siguientes espacios:
Centros comerciales o aparcamientos: se debe instalar un hidratante si la superficie total construida está comprendida entre 1.000 y los 10.000 m² (añadiendo uno más cada 10.000 m² adicionales o fracción).
Edificios de uso hospitalario: se contará con uno si la superficie total construida está comprendida entre 2.000 y los 10.000 m² (añadiendo otro más cada 10.000 m² adicionales o fracción).
O los edificios con función docente: en ellos se instalará uno si la superficie total construida está comprendida entre 2.000 y los 10.000 m² (añadiendo un extra cada 10.000 m² adicionales o fracción).
Por otro lado, el Reglamento de Seguridad Contra Incendios en los Establecimientos Industriales establece una serie de criterios para el emplazamiento y la distribución de los hidrantes necesarios en edificios de uso industrial. Algunos de ellos son los siguientes…
Debemos tener en cuenta todo esto para el correcto funcionamiento de los hidrantes contra incendios. Pero debemos también ser conscientes de la importancia de otro aspecto esencial: su mantenimiento y señalización.
La señalización adecuada de los hidrantes contra incendios es esencial para garantizar su rápida localización y acceso durante una emergencia. Según la Regulación de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI), aprobada por el Real Decreto 513/2017, es fundamental seguir ciertas pautas para asegurar que estos equipos sean claramente visibles y comprensibles.
Ubicación y visibilidad:
Diseño de las señales:
Contenido de la señalización:
Los hidrantes contra incendios se usan sólo en caso de emergencia y pueden pasar por largos periodos de inactividad. Por ello, realizar un correcto mantenimiento es un elemento esencial para evitar daños o problemas en el funcionamiento en momentos de necesidad. Pero ¿qué debemos tener en cuenta?
Según el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI), el mantenimiento de los hidrantes contra incendios debe realizarse de forma periódica. Para ello, hay que seguir estos consejos durante la vida útil del sistema..
Tras toda esta información, es evidente que los hidrantes contra incendios son sistemas esenciales en cualquier plan de protección contra incendios, capaces de ayudar a la extinción de un incendio gracias al poder del agua. Cuenta con ellos en tu instalación y aumenta la seguridad de tu edificio, tus bienes y tus compañeros.
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