En este artículo hablamos de:
Como muchos habréis adivinado, este título es un pequeño homenaje, ahora que se estrena la secuela de la mítica película Blade Runner. La película original está basada en el libro de Philip K. Dick “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, y por supuesto se trata de ciencia ficción, pero contada con cierto realismo, en un mundo que parece posible.
En este post nos gustaría hacer un ejercicio de ciencia ficción verosímil, aplicada a la seguridad contra incendios. Posibles avances que, ¿por qué no?, podrían aparecer en un futuro no lejano, para mejorar la seguridad de los edificios y las industrias.
En primer lugar, volviendo al título, ya ha habido experiencias previas (ver “FM SMART sprinkler protection for Highly Challenging Fires”) sobre rociadores automáticos que podrían ser accionados eléctricamente uno por uno, sin recurrir a la rotura de la ampolla o bimetal, como es el sistema tradicional. Bien, tenemos teléfonos móviles que tienen localizador GPS, cuentan los pasos que damos, se orientan como una brújula, pueden percibir la luz y el sonido ambiente, y tomar decisiones al respecto. Hace 10 años este tipo de sensores eran completamente impensables, pero lo cierto es que hoy en día hay teléfonos que bajan de 100€ y tienen todos esos elementos (y además se puede hablar por ellos…) ¿No parece factible que, en un futuro cercano, cada rociador tenga capacidad de decidir cuándo tiene que descargar agua sobre el riesgo? Sin duda podría acelerarse mucho el control del incendio, y por otro lado podrían reducirse significativamente determinados daños por agua. En contra del cierto “inmovilismo” que todos tenemos frente a los rociadores automáticos, es muy probable que en poco tiempo pueda conseguirse algo similar.
Siguiendo con los sistemas de extinción por agua, desde que podemos recordar utilizamos el acero al carbono para las tuberías, pero ya desde hace algún tiempo están apareciendo materiales alternativos, para determinados usos. Hasta la fecha, no todos están homologados para todos los usos posibles, pero de hecho es algo que viene, sobre todo teniendo en cuenta los avances en materiales compuestos y las posibilidades de fabricación actuales y de futuro.
En sistemas de protección contra incendios, por supuesto, la electrónica y la informática ya hace mucho tiempo que están presentes, pero lo cierto es que cada vez más están lográndose sistemas de gestión gráficos muy inteligentes, que permiten una experiencia para el usuario espectacular. También se están haciendo avances importantes en las tecnologías de detección como tal (altísima sensibilidad, cámaras de niebla, gases explosivos o peligrosos, etc.), y cada vez será más fácil y barato integrar diferentes tecnologías en equipos relativamente asequibles. Tal vez, incluso, elementos unificables con los rociadores automáticos.
La señalización e iluminación de emergencia también deben experimentar un enorme avance próximamente. Muchos hemos visto ya alguna experiencia de cancha de baloncesto cuyo suelo se ilumina y cambia de diseño gracias a la tecnología LED. ¿No parece algo muy apropiado para la evacuación de las personas? ¿Un sistema de iluminación en el suelo y además activo? Por otra parte, todos tenemos móviles con mapas, GPS, asistentes virtuales. ¿No podría el asistente ayudarnos a evacuar un edificio recibiendo información en directo sobre cuál es la mejor salida en cada momento?
En sistemas de extinción mediante gas, en los últimos años se abandonaron los halones, y se están abandonando parcialmente los fluorados. La tecnología ha ido mucho a las mejoras del agente extintor. El hardware también ha experimentado mejoras, sin duda, aunque todavía está sujeto a los equipos de alta presión. Quizá una nueva vía de experimentación venga de algún agente que funcione bien a menores presiones.
Y volviendo al tema de los materiales, ¿qué posibilidades se abrirán en la protección pasiva? Paredes que reaccionan y cambian sus propiedades, materiales elásticos con gran capacidad de aislamiento térmico… Otro mundo por explorar que sin duda los fabricantes pisarán pronto.
Aunque todo esto parezca fantasía, lo cierto es que algunos de estos avances están ya siendo probados.
¿Quién sabe? Tal vez en un futuro cercano un edificio cualquiera tendrá un suelo iluminable que diga por dónde hay que evacuar, una aplicación móvil que en caso de emergencia se dirija a cada uno de nosotros y nos ayude, un sistema de rociadores automáticos inteligentes dotados de una combinación de sensores de detección (humos, CO, niebla, temperatura, llama) y capaces de decidir cuál es el mejor momento para disparar el agua; una cubierta que, comunicada con los equipos híbridos detector/rociador controle inteligentemente los humos, y unas paredes o elementos móviles que mejoren la sectorización en función de las condiciones del momento.
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