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Cabezuelo Foods confía en Cottés para la protección de su almacenamiento para ultracongelados

 

Reto:

El desafío al que nos enfrentamos desde Cottés estuvo marcado por la tipología de almacenaje de Cabezuelo Foods. Se trataba de proteger un almacén autoportante de 25m de altura para almacenamiento de productos ultracongelados a -25ºC. Tanto su altura como la temperatura marcaron el tipo de instalación, que requirió soluciones especiales tanto en rociadores automáticos como en detección de incendios.

Solución avanzada aportada:

Al tratarse de un almacén de muy baja temperatura, se tuvo de disponer de sistemas de rociadores automáticos con doble enclavamiento. Este tipo de sistemas son secos, es decir presurizados con aire comprimido, en lugar de agua, y además bloqueados por la detección de incendios. En caso de que se produzca una falsa alarma, la presión del aire impide que pase agua al sistema. En caso de que se produzca la rotura de un rociador por un golpe, el bloqueo de la detección sólo dejará pasar agua al sistema si, además, hay señal de humo en el recinto.

 

 

Este proyecto se diseñó desde su fase de concepción con el cliente final y con el constructor de la estantería, ya que los niveles intermedios de rociadores requieren una integración a nivel dimensional muy estrecha con la estructura de la estantería, especialmente en sistemas secos y de preacción, donde los rociadores son montantes y las tuberías deben llevar, además, una cierta pendiente que evite la condensación en puntos no deseados. Incluso se integró la soportación de los rociadores con perfilería similar a la de la estantería, para evitar interferencias.

“Para el correcto funcionamiento del almacén automático hace que sea fundamental un diseño conjunto desde el principio”.

Por otro lado, con los sistemas de preacción instalados se garantiza al cliente una protección automática, evitando la ocurrencia de falsas alarmas que pudieran llenar el sistema de agua sin ser necesario. Para la detección automática se optó por una detección de alta sensibilidad, apta para su instalación en entornos de muy baja temperatura.

“A nivel de planificación, los sistemas de PCI eran críticos, ya que debían estar terminados antes de que se empezara a bajar la temperatura del almacén, proceso que requiere un tiempo relativamente largo y que, por tanto, no podía verse retrasado”.

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